viernes, 23 de marzo de 2012

¿Democracia económica? El ejemplo de Skilling

Si el hombre es un lobo para el hombre, entonces «lo natural» es la competición entre individuos y un sistema económico basado en la lucha egoísta para conseguir un trozo lo más grande posible del pastel (o todo). El capitalismo, por tanto, es consustancial al ser humano. Eso nos contaron desde Darwin hasta aquí durante toda la segunda ola industrial. Pero nunca fue cierto.
Jeff Skilling también lo creyó. Diseñó en Enron, la empresa que dirigía, un sistema interno que promovía la competencia despiadada entre empleados siguiendo la idea de que las personas solo nos movemos por codicia o miedo. Jeff Skilling tenía sobre su mesilla de noche El gen egoísta de R. Dawkins y Libertad de elegir un ensayo de Milton Friedman, ambos autores muy populares entre los graduados de las decenas de MBA de los que surgían los amigotes que dirigirían, unos pocos lustros después, sus empresas hacía la crisis final.
Hoy la biología confirma las observaciones de Kropotkin: somos seres empáticos que colaboramos para asegurarnos la reciprocidad. Que nadie piense en un mundo jipi de paz y armonía, sino en la evidencia de que estamos diseñados para convivir, cooperar y colaborar como estrategia de supervivencia, lo que no es nada fácil ni está exento de problemas. El capitalismo es un juego de suma cero que no deja de provocar conflictos (en el interior de los individuos y entre ellos); en la cooperación se intenta solucionarlos o mitigarlos para ganar todos un poco. Esta diferencia es la clave. Quizá Jeff Skilling también haya caído en la cuenta mientras mira el techo de su celda.

2 comentarios:

  1. Jorge, tenemos que pensar en montar algo para formar a los gestores de la democracia económica...

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  2. Maestro, vamos por ello con ilusión y ganas (tardará más o menos, pero tenemos el camino claro). Abrazos para todos los indianos.

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