domingo, 16 de diciembre de 2012

Aunque no quieras, la vida es compleja

Simplificar es un instinto de nuestra especie. Ante un mundo complejo, nuestra mente se encarga de generalizar para extraer leyes que le ayuden a interpretarlo. "Si hay juncos, debajo hay agua" o "Si hay buitres, debajo hay carroña (comida)", por ejemplo. Sin embargo, este instinto que nos ha ayudado durante milenios se convierte en un obstáculo en el mundo posmoderno.
La realidad es compleja e impredecible, que se lo digan a los economistas (la economía está lejos de ser una ciencia por su incapacidad de predecir), porque entran en juego una maraña de nodos que se conectan o no según diversas circunstancias. Esta incertidumbre nos causa angustia que calmamos inventando certidumbres y simplificaciones. Basta ver el telediario o leer los comentarios en cualquier foro: la religión, el nacionalismo (si es que no son la misma cosa), la política (sobre todo de un tipo de izquierda), parte de la ciencia y la academia... Todos son simplificaciones, relajantes y atractivas, de una realidad compleja, estresante e inasible.
¿Por qué, a pesar del acceso a la información, los ciudadanos tienden a caer, cada vez más e inexplicablemente, en manos de simples explicaciones binarias (blanco o negro, buenos o malos)? Es precisamente la abundancia de información la que nos desasosiega. Es evidente que existe un límite para los datos que podemos procesar y asumir, tenemos un cerebro que se adaptó para simplificar entornos complejos, pero, paradógicamente, en una forma de vida con decisiones más simples.
El enemigo intelectual en nuestros días no son sólo algunas ideas, sino, sobre todo, la tendencia cada vez más acusada a buscar abrigo en las explicaciones demasiado sencillas.
[Entrada inspirada tras una interesante tertulia con Lobo, Jose y Bianka.]

2 comentarios:

  1. "(...) tenemos un cerebro que se adaptó para simplificar entornos complejos (...)" - habría que cambiar "simplificar" a "filtrar con intención" y nos daríamos cuenta de que el exceso de información no existe. Un placer, la tertulia :)

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  2. Me encanta cuando alguien elabora una idea compleja y luego dice que se le ocurrió hablando conmigo pero yo no recuerdo nada.

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