miércoles, 21 de marzo de 2012

Acerca de la serendipia y el conectismo hacker frente al zombi método científico

El método científico es otro de los memes que trajo la ola industrial, ya saben: la observación conduce a hipótesis que se comprueban para convertirse en tesis o refutarlas. Evidentemente, todo depende del observador y de sus sentidos, por lo tanto, como dijo Popper, todas las teorías deberían ser siempre provisionales. Una teoría que se tenga siempre como real e inmutable se convierte en dogma, en religión.
Mientras que la era industrial se descompone, otro método se está convirtiendo en la vía de conocimiento para esta era informacional: la serendipia. La serendipia consiste en el descubrimiento de hechos, reglas o lugares sin observación ni hipótesis previa. Muchos de los descubrimientos científicos más notables han sido producto de la casualidad y los han llevado a cabo amateurs. Por la misma razón (la casualidad), es un tabú entre la comunidad académica y científica, hasta el punto de que algunos académicos han tenido que montar proyectos de investigación que justificaran sus hallazgos casuales.
En realidad, la serendipia es el verdadero motor del progreso (si es que existe éste, pero eso es otra discusión) y debe casi todo a las redes y el conectismo. Conceptos como trabajugar o invesjugar o frikinstigar recogen la realidad de un modo de vida que no separa la diversión, la pasión, del trabajo. Tras la serendipia está la red: los sujetos que descubren algo por accidente, en realidad están siguiendo los caminos zigzagueantes y enredados que unen nodos aparentemente no relacionados. La lección es clara, cuando dejamos a alguien dedicar su tiempo a relacionar hechos para construir un significado en un tema que le apasiona, surge el conocimiento, el valor. Eso es lo que hace un hacker y por eso su aprendizaje es un modelo.

4 comentarios:

  1. "trabajugar o invesjugar o frikinstigar"

    Sabía yo que había alguna forma seria de llamar lo que hago yo perdiendo horas y horas en Internet mientras voy conectando cosas sin proponérmelo.

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  2. No hay como poner nombre a las cosas para aliviarnos, pero cada vez somos más lo que friquinstigamos, Lobo.

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  3. Sobre todo, no hay como poner nombre a las cosas para dotarlos de una entidad propia que no sea desdeñable como irrelevante.

    Me quedo con el término «frikinstigar» para definir esas largas horas de leer cosas en Internet, aunque tan sólo porque eso de la ludificación/gamificación es un término que no me acaba de gustar porque parece indicar que para que algo nos guste tiene que recordarnos al yo-infantil que fui y ser un juego... y no sé, pero no termino de estar cómodo en esa línea de reflexión.

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  4. Me encanta, Jose, que te pases por aquí porque aprendo mucho de tus frikinstigaciones en Cartograf. Un abrazo.

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