Cuando se lee sobre la sociedad posmoderna, llama la atención que los autores suelen señalar la importancia de la universidad como un elemento central, básico, fundamental, para la sociedad. Echen un ojo a Bell, Touraine, Bauman, Castells... Todos dicen que la universidad será o es una institución estratégica.
El caso es que si esto fuera así, me cuesta entender el hecho de que, con la que está cayendo, nada pase en la universidad española ni a nadie le importe qué suceda en ella. Piensen en qué habría pasado hace unos años en una situación similar: encierros, manifestaciones, ciclos, fiestas (caramba, me acabo de acordar de las tiendas en los jardines de la universidad durante las añejas protestas del 0,7)...

Hoy, apenas hay actos testimoniales (con más de lamento por lo perdido que de propuestas) que subrayan que la universidad ha perdido completamente la centralidad del discurso social. ¿Se equivocaban los doctores con gafas que hemos leído o se limitaban a replicar el meme de un deseo de unos, al fin y al cabo, también académicos?